lunes, 7 de febrero de 2011

Lo que la prensa no ve, o no quiere ver

Como ya dije el sábado a la mañana, el domingo disfrutaría del partido entre Real Madrid y Real Sociedad. Dejando a un lado lo futbolístico del cual no hay mucho que comentar, hoy dedico la entrada a un aspecto antideportivo e irrespetuoso que ocurrió ayer en el Santiago Bernabéu el cual me dejó con un sabor agridulce que conllevó no haberme marchado del todo satisfecho de la capital madrileña.


La anécdota se la dedico a toda aquella prensa manipuladora e imparcial. Todo iba bien hasta el momento, no había nada anormal en el ambiente salvo que el Real Madrid parecía saber tocar bien la pelota ante una débil Real Sociedad de la que todos esperaban una actitud mas ambiciosa. Y llegó el momento en que a los ultras merengues les pareció indicado mostrar una pancarta que contenía lo siguiente:


"Nosotros no apoyamos al terrorismo, apoyamos a las víctimas". Frase desapercibida donde las haya.


Más allá de criticar el contenido, que básicamente me importa poco, me llama la atención lo desigualada que está la balanza en la prensa española actual teniendo como perjudicados a equipos pequeños como al conjunto `txuri-urdin´. Hace algunas semanas cuando el Atlético visitaba Anoeta, varios medios criticaron la actitud de la afición realista por supuestamente haber insultado al equipo colchonero porque Antonio López llevaba el brazalete con los colores nacionales. Un juicio , creo yo, con valor riguroso y sin ningún tipo de base de conocimiento al que atenerse. Pero ahora que la evidencia es bien grande, pudiendo divisar el cartelón incluso desde cualquier punto del estadio madridista, no hay rastro de dicha manifestación en ningún diario.


También hubo un segundo cartel de los Ultra Sur: "¿Kun Agüero? Ni regalado". Éste, en cambio, me pareció ingenioso llegando a provocar la risa en la grada. Mensaje correcto y adecuado sin perjudicar a nadie.

Entre esto, y que me dejaron encerrado en el bus de vuelta en el descanso (45min.) que tuvimos para estirar las piernas, parecía que alguien de ahí arriba me quería fastidiar el viaje de vuelta.

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